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Viaja por el mundo desde casa
Los niños muestran un gran interés por el mundo que los rodea desde edades muy tempranas. Ahora bien, ese mundo va ampliándose progresivamente desde su casa, su escuela, la ciudad donde vive, hasta llegar a mostrar interés por el mundo en general: por sus costumbres, por los lugares exóticos, por las personas que los habitan, por cómo visten, qué comen, cómo se trasladan de aquí para allá… ¡la curiosidad de los niños no tiene límites!
Cuando detectamos este repentino interés por lo que hay más allá de su ciudad, o cuando nos interesa desencadenarlo, es el momento de poner a su alcance globos terráqueos, mapas, puzles de los continentes, banderas, accidentes geográficos…
Aprovechar este período sensible poniendo material interesante a su alcance es crucial para ayudar al desarrollo de sus potencialidades.
Los globos terráqueos
Este es un material que les suele fascinar desde el minuto cero, ya que es muy sensorial, y permite explorar a grandes rasgos nuestro planeta.
El globo tierra-agua es el que se suele ofrecer primero, porque solamente distingue las zonas cubiertas de tierra (en lija blanca áspera) de las cubiertas por agua (en plástico azul suave al tacto). Es una primera aproximación que les ayudará cuando trabajen más adelante con el globo de continentes, ya que en este segundo material cada continente está en un color distinto y si se ofreciese primero podría costarles más distinguir la tierra de los océanos.
Además, como el globo está unido a la base de madera por un eje que tiene justo 23º (que es la inclinación real de la Tierra respecto al Sol), podemos usarlos también para trabajar las órbitas, el Sistema Solar y los movimientos de traslación y rotación de los planetas.
Este recurso suele utilizarse primero simplemente como puzle, pero más adelante cobra todo el sentido una vez los niños comprenden que se trata de proyecciones en 2D del globo terráqueo en 3D que ya conocen (o de sus partes). Tanto en su versión en puzle de madera, como en forma de láminas de papel, es un recurso fantástico para trabajar la ubicación de cada continente y, más adelante, para estudiar cada continente en detalle.
Los puzles permiten trabajar con control de error, ya que cada país encaja solamente en su correspondiente lugar, y las láminas suelen combinarse con tarjetas en tres partes (imagen, nombre, imagen/nombre) para que puedan utilizarse también de forma autónoma.
El puzle de continentes, además, tiene los mismos colores que el globo de continentes, de manera que para los niños es aún más fácil poder relacionarlos y trabajarlos de forma conjunta.
Las banderas
Este material emblemático dentro de la pedagogía Montessori suele presentarse conjuntamente con el mapa del mundo, siendo el punto de unión entre la geografía y las ciencias sociales, ya que permite enlazar cada país con la bandera que lo representa, pudiendo completar la actividad con otras características de cada país como su comida típica, tradiciones, forma de vestir, etc.
Las miniaturas de monumentos
Uno de los materiales del área de geografía más bonitos son las miniaturas de monumentos famosos. Estas pequeñas figuras pintadas a mano permiten a los más pequeños explorar algunos de los puntos de referencia emblemáticos de cada continente. Empezando por lo más concreto (la figura), podemos ir añadiendo complejidad, y sea con las tarjetas en tres partes para conocer sus nombres o situándolos sobre un mapa, agrupándolos por continentes, dibujándolos…
Ahora bien, no es fácil para un niño (ni para un adulto) que no ha estado nunca en el Taj Mahal, por ejemplo, hacerse una idea de cuál es la escala real del monumento y poder compararlo con el resto de los monumentos, ya que todas las miniaturas tienen un tamaño parecido. Tampoco las tarjetas pueden ayudarnos, porque en la gran mayoría no aparecen personas…. Entonces ¿Cómo conseguir este plus de realidad? Te lo contamos con Google Maps.
Viajando con Google Maps
A través de esta App podremos visitar los lugares más recónditos del planeta y, por supuesto, también los más emblemáticos.
Dispone de mapas tradicionales pero lo que nos interesa sobre todo es la vista por satélite, que incorpora además la posibilidad de “lanzar” un muñequito amarillo sobre el lugar que queremos visitar, enlazando así con Street View, y ofreciéndonos la posibilidad de “andar” por el lugar elegido, o rotar la vista 360º, aportándonos información sobre la escala del monumento, sobre el entorno en el que está ubicado y permitiéndonos acercarnos tanto que incluso podemos leer una eventual placa conmemorativa, como en el caso de la Estatua de la Libertad.
Una actividad muy divertida combinando Google Maps/Street View con las miniaturas de monumentos es preparar con los niños un viaje imaginario (o real, ¡quién sabe!), investigando sobre el medio de transporte idóneo, las posibles escalas en el trayecto, el idioma en el que nos comunicaríamos, los restaurantes cercanos en los que comer, actividades complementarias que hacer en la ciudad, el tipo de ropa que deberíamos llevar en la maleta, etc. Vayamos, por ejemplo, a visitar la Torre Eiffel de París:
Vista normal
Vista satélite
Decidiendo dónde “lanzar” el muñequito amarillo
¡Ya hemos llegado! Toda una sorpresa que fuera tan grande…
La vista desde lo alto de la Torre Eiffel es increíble
El nivel de detalle es tal, que incluso nos permite leer la carta del restaurante y ver lo que nos costaría tomarnos una copa de champagne…
Otros ejemplos de sitios a los que hemos "viajado" desde casa:
Stonehenge, en el Reino Unido
Taj Mahal, en la Índia
El hecho de poder moverte como si estuvieras realmente allí, girando la vista de un lado a otro, subiendo y bajando -virtualmente- escaleras, descubriendo in situ dónde te lleva tal puerta o túnel, aporta tal punto de realidad que en determinados momentos a uno le parece estar oyendo los murmullos acelerados de los turistas en la Gran Muralla o el silencio respetuoso de los lugareños en el Taj Mahal, sintiendo la neblina húmeda de Stonehenge o sudando la gota gorda en el desierto de Al Haram. Os lo advierto, es difícil parar una vez se empieza… 🤫