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«El hombre contemporáneo es como un niño perdido en el bosque»,- Por Juan José Morales Ruiz
En estos tiempos tan duros y tan inciertos, que estamos viviendo ahora, agobiados por la extensión de una pandemia desatada que está provocando una gran mortandad a escala mundial, pienso en María Montessori. Y os propongo la lectura de una cita de su libro Educación y Paz que me parece muy reveladora:
«Hoy, la vida en sociedad es extremadamente compleja, y está plagada de fallas y contradicciones incomprensibles. Vivimos tiempos sombríos, nuestro espíritu vaga en las tinieblas. Se ha hecho realidad la profecía bíblica que decía: «Y llegará el día en que la oscuridad nos devore». Los fenómenos que nos rodean nos resultan impenetrables. Nos resulta imposible comprender los orígenes del mundo exterior, ese que el hombre mismo ha creado y sigue construyendo.
El mundo en donde nos encontramos es una maravilla gracias a los descubrimientos de la ciencia, pero mientras disfrutamos de la luz que irradian estos logros exteriores; tenemos el espíritu envuelto en las tinieblas. Aunque el hombre actual ejerza sus poderes sobre la Naturaleza y más allá de ella, aunque sea capaz de recorrer enormes distancias, aunque domine las energías del Universo, no deja de ser una criatura aturdida, aterrada. El hombre contemporáneo es como un niño perdido en el bosque. No lo asusta lo que ve o los animales ocultos que pueda haber; lo que le da miedo son las pequeñeces, el ruido de las hojas y el eco de pasos espectrales. Se aterroriza por cosas que en realidad no existen.
El hombre precisa tranquilidad espiritual y paz; necesita luz. ¿Quién tiene algo de luz para darle? Ni siquiera los libros más modernos nos iluminan el camino. Obviamente, en su búsqueda de las causas de los sucesos que lo rodean, el hombre ha aprendido mucho acerca de su medio. Se ha adueñado de todos los secretos de la Naturaleza y todas sus energías. Pero todavía hay algo que le resta por conocer, y eso que desconoce es el hombre mismo. No acabaríamos nunca si intentásemos enumerar todos los descubrimientos del hombre en el mundo físico. ¿Pero cuánto ha descubierto acerca de sí mismo, de su vida, sus objetivos, o de la verdad y el error?»
Necesitamos tranquilidad espiritual y paz. Necesitamos luz. Tengo la seguridad de que hoy, igual que ayer, y como mañana, el Niño es nuestra fortaleza más sólida y nuestra esperanza.
MONTESSORI, María, Educación y Paz, Ámsterdam, Montessori-Pierson Publishing Company, 2015, p. p. 87 y 88.