Transforma tu carrito en una lista de deseos, y compártela con quien quieras.
Regístrate y haz clic en el corazón de cada producto de tu cesta
Creando un ambiente acogedor en un aula de infantil.
Júlia es profesora de Infantil en el Colegio Público Azorín de Calpe. El año pasado crearon en su centro una comisión de trabajo en búsqueda de nuevas formas de trabajo para infantil y primaria .
En el siguiente texto, nos explica los cambios que realizó en su aula al inicio de curso. Esperamos os inspire; y gracias a Júlia por compartir.
CREANDO UN AMBIENTE ACOGEDOR
En mi caso particular, me interesa mucho la pedagogía Montessori y, desde hace un tiempo, me estoy formando para que pueda ser realidad en una escuela pública, en un aula ordinaria.
Como comenté en un artículo anterior, voy pasito a pasito: intento introducir elementos, materiales y actividades en el ritmo diario de mi clase con el objetivo de llevar lo fundamental de esta filosofía al ambiente del aula.
Este curso quiero continuar con mis sesiones “montessorianas” y, en especial, me gustaría crear un ambiente que permita que tanto los niños como yo nos encontremos cómodos, casi como en casa. Crear un ambiente acogedor que invite a los niños a moverse libremente, a respetar el material, a relajarse, y, sobre todo, que no acalle sus ganas de aprender y su curiosidad innata.
Y para crear un ambiente adecuado qué mejor oportunidad que empezar a organizarlo cuando no hay organización.
Me intentaré explicar: la primera semana de septiembre me encuentro con un aula prácticamente vacía, todos los muebles amontonados en el centro de la misma y las paredes limpias, así que, después de momentos de reflexión, me pongo manos a la obra. Hay que recordar que el espacio es el que hay y el mobiliario también, pero, observando experiencias de otros centros,y con un poco de ingenio, podemos sacar partido al material del que disponemos.
En mi caso, mi aula es bastante amplia, tiene acceso al patio (que pienso dejar abierto en la medida de lo posible) y entra buena luz. El problema es que tiene pocas paredes y ello me impedía ubicar algún rincón.
Para solventar esta “problema” he decidido, en primer lugar, quitar la mesa de maestro (es demasiado grande y no la uso apenas) y también quitar la pizarra (también por su gran tamaño); esta última la voy a sustituir por una más pequeña, ya que a los niños les gusta ir espontáneamente a dibujar y/o escribir. Además puedo hacer uso de a pizarra digital que tengo en el aula.
Para aprovechar la luz que entra desde el patio, he abierto totalmente las cortinas y he puesto pequeñas mesas junto a las ventanas en las que los niños puedan trabajar mirando el patio. También he ubicado allí los instrumentos de observación de la naturaleza y experimentación.
Otro de los cambios que he hecho es eliminar casi todas las mesas de la zona central del aula (fue el primer comentario que me hizo Carmen cuando vio mi aula). Tenía ubicadas las mesas en equipos para que todos los niños pudieran estar sentados al mismo tiempo. La realidad es que de esta manera las mesas ocupan un espacio valioso, así que la mejor opción es reducirlo. En mi planificación de trabajo quiero evitar los momentos en que todos realicen la misma actividad simultáneamente (porque pienso que es imposible que a todos estén interesados en lo mismo en un tiempo concreto). De todas maneras, si quisiera hacerlo en alguna ocasión, simplemente movería las mesas y sillas con ayuda de los niños.
Después de despejar la zona de trabajo, he colocado el carrito de limpieza (con los utensilios que los niños usan para adecentar el aula) dentro su aseo. Esto me ha permitido en su lugar poner una gran planta que da vida a la clase. Siguiendo con esta línea, hemos ubicado los juguetes y el rincón de juego simbólico en un hall común que tenemos mi compañera y yo. Los niños pueden ir libremente en pequeños grupos a este rincón.
Así que con estos simples cambios he podido ganar amplitud en un ambiente que, de otra manera estaba demasiado cargado. Ahora los niños se pueden desplazar más fácilmente por el aula, y también trabajar más relajadamente, ya sea sentados en una mesa, o en el suelo con sus alfombras.
Una vez organizado esto, me he dedicado a preparar el material en los distintos rincones. Estos son más o menos los presentes en un aula Montessori (la zona de vida práctica, zona de sensorial, zona de matemática, zona de lenguaje, zona de creatividad) y prácticamente ya disponía de ellos el curso anterior. Esta vez los he distribuido de manera diferente aprovechando el hecho de tener más espacio. Entre algunos cambios que he podido hacer puedo destacar los siguientes: el rincón de la creatividad lo he ampliado, el del letras lo he podido ubicar en una zona más tranquila y he dejado un espacio para hacer el rincón de la paz.
Como comentaba antes, el mobiliario es el que disponemos y, en ocasiones, no es tan útil como nos gustaría. En primer lugar, yo he ido por el centro preguntando a la gente si me cambia alguna estantería, mesa, etc. Os sorprenderías lo que se puede encontrar rebuscando entre las aulas…
A continuación, he intentado sacar el máximo partido a los muebles que tenía. Algunos los he ubicado de manera que se pueda acceder al material por ambos lados, otros directamente a la pared, y (esto es idea de una amiga mía) he utilizado mi segundo expositor de biblioteca para ubicar los resaques metálicos, ¡quedan muy bien!
Además, como la idea de las bandejas para el material me gusta mucho, pero no he encontrado aún unas que me gusten y que sean económicas (porque necesito bastantes), temporalmente he solventado el problema utilizando las tapas de las cajas de folios. Tienen el tamaño ideal y son fáciles de transportar. He pensado pintarlas con la ayuda de los niños y estarán ubicadas en la estantería.
Y por último, pero sin olvidarnos de que es muy importante, he decorado la clase con unos pocos cuadros. He puesto alguno con fotos de grupo de los niños de mi clase, y otros con elementos decorativos. También he comprado alguna planta para alegrar el ambiente.
Así es como he procurado preparar un ambiente acogedor. Seguramente iré haciendo modificaciones a lo largo del curso y los niños irán decorando con sus propias ideas y creaciones. Pero de momento, espero que el cuando los niños entren puedan sentirse un poco como en su casa.