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María Montessori (1870-1952) conocida a nivel mundial como una extraordinaria pedagoga, fue médico, filósofa, psicóloga y también una de las pioneras más destacadas del movimiento feminista en Italia.
En 1896, el año en que obtuvo el título de Doctor en Medicina y Cirugía por la Regia Universitá degli Studi di Roma, formó parte de la delegación italiana que asistió al famoso Congreso para los Derechos de la mujer que se celebró en Berlín. Al año siguiente, en 1897, participó en el II Congreso Pedagógico Italiano en la ciudad de Turín. Y dos años más tarde, en 1899, presidió la representación de Italia en el Congreso Internacional de Mujeres que se celebró en Londres.
Este recorrido pone manifiesto su compromiso radical con este combate por la igualdad universal, en el caso de Italia, que finalmente llegó a su culminación, finalizada la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Montessori fue de las primeras mujeres italianas que tenía muy claro que la igualdad de la mujer se conseguiría, pero que ese combate sería muy costoso y muy largo. Sus artículos sobre la cuestión femenina han sido publicados por primera vez en español, en el libro María Montessori Por la causa de las mujeres.
En este libro se desvela probablemente una de las facetas menos conocidas de Montessori: su incansable combate por la causa de las mujeres. Se reúnen en nueve capítulos una serie de documentos escritos -en italiano- en los que fundamentalmente promueve un modelo de «mujer nueva», manifestando el tremendo potencial de las mujeres, artífices de su propio destino. Montessori se refiere al derecho de voto, a la educación, al trato paritario en el trabajo y en el matrimonio.
Las páginas del libro recorren los primeros pasos de la emancipación femenina en Italia. Y son, una anticipatoria contribución al debate que sigue siendo actual, sobre los derechos de las mujeres.
El voto de la mujer
Conviene recordar que el sufragio femenino, en Italia, es un proceso histórico que se inició en el siglo XIX, y se desarrolló en varias modalidades: primero, el voto administrativo; y después, el voto político. En el siglo XX sufrió un retraso considerable en 1928, en plena dictadura de Mussolini, cuando se produjo la total cancelación del derecho de voto (tanto para hombres, como para mujeres). Posteriormente culminó en la aprobación del sufragio universal en 1945, año en que fue incluido el voto de la mujer.
En el Congreso de Londres –sobre el que giran alguno de los artículos de Montessori que se publican en su libro- defendió la necesidad de la unidad entre las mujeres para lograr la victoria. María Montessori creía que, en Italia, y también en otros países, como por ejemplo España, no eran el hombre o las leyes existentes, quienes iban en contra del progreso y la igualdad de las mujeres, sino las propias mujeres. Buena prueba de ello, es que existían leyes favorables a las mujeres de las que, sin embargo, ellas no se beneficiaban. Dice que la mujer podía ser miembro de las juntas directivas de instituciones benéficas; pero las señoras se limitaban a recoger dinero durante las vacaciones, confiando la administración a los hombres. Y en cuanto al trabajo de las médicas, -tema que conocía muy bien- denunciaba que las mujeres podían elegir su propio médico, pero, llamaban a los médicos para que las atendieran, como siempre se había acostumbrado a hacer.
Montessori estaba convencida de que el movimiento feminista no sólo debía luchar contra los prejuicios de los hombres, sino también contra los de las propias mujeres, ya que, al no haber sido educadas en la vida social, vivían aplastadas en la ignorancia de sus propias capacidades. Montessori pensaba que había que librar una batalla «interna» encaminada a desarrollar la conciencia femenina, para que las mujeres pudieran ser solidarias entre sí, y, conscientes de su propio poder, para asumir responsabilidades familiares, sociales y políticas. Y hacerlo libremente.
Nueve documentos feministas
El primer documento que se publica en el libro que reseñamos, se titula “La cuestión de las mujeres y el Congreso de Londres” en la revista L’Italia femminile, en 1899.
El segundo recoge el “Saludo de las mujeres italianas» que pronunció en la apertura del Congreso. Fue publicado en el International Council of Women, Report of Transaction of The Second Quinquennial Meeting held in London, July 1899, vol. 1. Fischer Unwin, London, 1900: 257-259.
El tercero es una conferencia sobre la mujer moderna en la Asociación de la Prensa de Roma, el 18 de mayo de 1902, bajo el título de El camino y el horizonte del feminismo, que posteriormente fue publicada el 6 de julio de 1902.
El cuarto documento es una Proclama a las mujeres italianas, en la que hace una llamada a exigir el voto femenino en Italia. Fue publicada en La Vita, el 26 de febrero de 1906. María Montessori la firma en nombre de la Sociedad “Pensiero e Azione” [Pensamiento y Acción], que ella había fundado dos años antes, en 1904.
El quinto documento es un llamamiento firmado por María Montessori “En defensa del voto femenino”, que fue distribuido por las calles de Roma, y que se publicó en el periódico La Vita el 26 de febrero de 1906. El llamamiento obtuvo numerosas adhesiones en otras ciudades italianas, pero los Tribunales de Apelación lo rechazaron, a excepción del Tribunal de Ancona, que rechazó el recurso del Fiscal del Rey, contra la inscripción de 10 profesoras en el censo electoral.
Montessori publicó varios artículos elogiando la actitud del Tribunal de Ancona en el periódico “La Vita”, uno de ellos, es el que recoge en este quinto documento del libro, publicado el 1 de agosto de 1906. No obstante, el 4 de diciembre de 1906, el Tribunal de Última Instancia anuló la sentencia y en mayo de 1907 estas profesoras fueron borradas del censo electoral, impidiéndoseles ejercer el voto.
El documento número seis que se publica en el libro de María Montessori se titula “Alegato en pro del voto femenino”. Fue publicado en “La Vita” el 21 de octubre de 1906.
El documento siguiente, titulado “Por el derecho al voto: la victoria” fue publicado en “La Vita” el 8 de diciembre de 1906.
El documento octavo, titulado “Maternidad: por reglamento y por pudor” fue publicado en “La Vita” el 4 de febrero de 1907. En este artículo, María Montessori informaba sobre el cierre de la Sala de Maternidad Asdrubali, en la calle Ferruccio de Roma. Denunciaba que esta institución benéfica de la Congregación de la Caridad, que disponía de una capacidad de diez o doce camas, había sido cerrada por disposición del Prefecto de la capital italiana, aunque venía realizando un gran trabajo a favor de las mujeres menos favorecidas económicamente, sin cobrar nada.
Y finalmente el noveno, titulado “Feminismo: nuestras victorias”, fue publicado en “La Vita” el 5 de mayo de 1907.
Estos artículos montessorianos reflejan la firme posición de María Montessori en el combate por los derechos y la igualdad de las mujeres. Sirva como colofón la siguiente reflexión montessoriana:
“¿El glorioso misterio de la igualdad universal excluye acaso a la mujer? Cuando se habla de los derechos y de los deberes de los seres humanos; la igualdad no debe ser sólo un absoluto categórico; o, mejor dicho, no puede ser tan solo eso, no puede ser una mera idea”.
Los nueve artículos que conforman el libro reflejan la firme posición de María Montessori en el combate por los derechos y la igualdad de las mujeres.
Esquema del libro:
Por la causa de las mujeres
- La cuestión de las mujeres y el Congreso de Londres.
II Saludo de las mujeres italianas.
III. El camino y el horizonte del feminismo.
Autor: Juan José Morales Ruiz
Miembro de la Asociación Montessori Española (AME); y la Association Montessori Internationale (AMI).